Las tres palomas.

Publicado por Navaromix activado 5 Noviembre 2015, 11:07am

Una mañana me encontraba sentado con mi esposa en la puerta de mi casa. Mi mujer se hallaba desayunando un trozo de pan con cereales y leche. En cambio yo solo me encontraba tomando una taza de café. Al cabo de un rato mi esposa arrojó un pequeño trozo de pan a la calle diciendo que no quería más, yo muy enfadado le dije porque lo había arrojado a la calle, que mejor me lo hubiese dado a mí y no desperdiciar de esa manera la comida. A los pocos minutos se acercaron 3 palomitas muy heridas en sus alas, quizás por alguna pelea o tal vez los niños del barrio le lanzaron piedras con sus hondas para poder cazarlas. Las palomitas se notaban muy débiles, asustadas, sus alas estaban tan golpeadas que no podían ni siquiera abrirlas, se notaban que estaban muy hambrientas y sedientas. Entre otras cosas, observé que tenían distintos colores,

Una de ellas era de color negra, la otra café y una blanca.

Por otro lado Las palomas observaron el trozo de pan con mucho interés, pero al mismo tiempo sentían mucha cautela porque para llegar al alimento tenían que pasar algunos obstáculos, quizás muy difíciles para ellos, ya que no podían volar y la única forma de llegar al trozo de pan era caminando, ¿pero? Había un problema; los obstáculos que les tocaba atravesar eran muy difíciles, y solo una paloma valiente podría superar estas hasta llegar al trozo de pan.

Analicé con mucha atención como harían las palomas para llegar a su destino, ya que si no comían este pequeño trozo de pan quizás morirían de debilidad. Noté que la paloma negra tomó la decisión de ser la primera en pasar los obstáculos, caminaba un poco desequilibrada pero con mucha confiabilidad y seguridad, pero; al parecer sucedió algo extraño en el ave, la paloma echó un vistazo a los obstáculos, a la distancia y a al tiempo que se llevaría en llegar hasta allá y se devolvió. La paloma café fue la segunda en intentar llegar al trozo de pan, pero al dar unos cuantos pasos escuchó los arrullos de la paloma negra. La paloma café se detuvo, giro su cuello observó a la paloma negra y prosiguió su camino, pero los arrullos de la paloma negra hacia la paloma café no dejaban de escucharse, hasta que la paloma café tomo la decisión de no seguir y devolverse. La tercera en decidirse a llegar al trozo de pan fue la paloma blanca, esta estaba igual de débil y herida como sus dos compañeras, pero también estaba decidida a pasar los obstáculos, en eso escuchó el arrullo de sus dos compañeras, volteó su cuello y las observó pero las ignoró y prosiguió su camino. A medida que la paloma blanca avanzaba, los arrullos de sus compañeras eran más fuertes, — sonaban muy agresivos—, pero la paloma blanca continuaba su camino. Al llegar al segundo obstáculo se encontró con muchos trozos de vidrios muy pequeños y afilados, que sin duda lastimarían sus pequeños dedos; pero aun así avanzó sin dudar un solo segundo.

Atravesando los trozos de vidrio escuchaba los arrullos de sus dos compañeras, pero no le prestaba ni la más mínima atención. Noté como le sangraban los dedos a la paloma blanca que luchaba por llegar al pequeño trozo de pan, importándole todo el dolor que sentía. Al cabo de un tiempo la palomita blanca caminaba muy desequilibrada y adolorida, obviamente el paso por los trozos de vidrio le habían causado mucho daño y estaba aún más débil que antes. Al llegar al tercer obstáculo se aterrorizó, el sol estaba tan fuerte que el suelo ardía como una olla de presión a punto de estallar, pero la paloma blanca prosiguió su camino, estaba claro que era una paloma muy valiente que ya había soportado dos grandes obstáculos. El ardor que sentía la paloma era desgarrador, vi cómo se revolcaba en el suelo caliente de la calle pero sin detenerse a cumplir su objetivo; — llegar al pequeño trozo de pan—. En últimas la paloma no daba más, tenía pocas energías, se levantaba y caía de nuevo, su cuerpo no aguantaba más, pero su valor y confianza en sí misma eran más grandes que cualquier otra cosa.

La paloma blanca por fin llegó hasta el trozo de pan que tanto deseaba, lo miró muy orgullosa y muy feliz. Sacó fuerzas y caminó hacia él. Con un poco de dolor la paloma comió el pequeño trozo de pan. Sus dedos estaban cicatrizando debido a la suave brisa que pasaba en ese momento, y la sombra en donde se encontraba esta y el trozo de pan. La paloma blanca muy orgullosa de sí, miro hacia atrás y se sintió muy feliz de haber superado esos tres grandes obstáculos que no era para ella muy fácil. Ahora la paloma blanca está a la espera de su recuperación.

Yo quedé muy admirado como la paloma blanca luchó hasta el final sin detenerse, en cambio sus amigas se rindieron sin haber demostrado todo lo que tenían.

Desafortunadamente las dos palomas—la negra y la café— murieron por causa de las heridas, el hambre y la sed que los invadía, y ahora son una más de las palomas muertas en las calles.
—son una más del montón—

Palabras sobre la fé.

La carambada.

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